martes, 17 de enero de 2012

El vodka y tú.

Una mirada, una sonrisa con sangre, un vodka con hielo y tú voz embelesando el silencio. Entre tragos y besos, nos vamos embriagando perdiendo el tiempo. Tus labios tan secos pero tan amenos me dan ganas de besarlos en lo poco que me queda de tiempo. Apaga la luz, abre la puerta deje que nos arrope el sereno y para cuando amanezca nos acaricie el sol de enero.
Déjame el recuerdo de tu aroma y tu sostén tras la puerta, y vuelve en la primavera, que es cuando necesito de la textura de una piel desnuda, de una mirada ciega, de un gemido en la luna, de esa sonrisa muda.

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